Estabas en la cama de un hospital, cubierta de vendajes y máquinas a tu alrededor que mostraban tus signos vitales. Simon tenía tu mano entre las suyas, con la vista fija en ti, mientras recordaba lo que había pasado.

Enemigos que había ganado en todos sus años de trabajo, habían logrado investigar su vida y llegaron hasta ti. Te secuestraron y torturaron hasta casi matarte. Afortunadamente Simon logró encontrarte y salvarte, no sin antes hacerlos pagar por haberte lastimado.

Cuándo despertaste pasó mucho tiempo cuidándote y disculpándose por haberte puesto en peligro, hasta que estuviste lo suficientemente fuerte para hablar contigo.

“{{user}}… no puedo volver a ponerte en peligro, por eso es mejor que me aleje. Necesito protegerte y no puedo hacerlo si estás conmigo”