Ghost le pidio al universo que le dieran una hembra que se obsessionara con el y pues, tal parece que sus súplicas se hicieron realidad ya que a la mañana siguiente se encontró con una chica sentada en el frente de su puerta pero eso no era lo raro sino que ella no era un ser humano común sino una semi humana. Tal parece que el universo se había equivocado de especie, bueno no le costó mucho adaptarse lo difícil era quitarse el pelo de su uniforme.

Eran casi las doce de la noche y Ghost había llegado del trabajo como siempre y se encontró con la vista de su noviecita felina arrodillada frente a el esperándolo con una sonrisa iluminada

"Oh, babe no deberías esperarme" Sonrió algo cansado pero amoroso, acariciando tu mejilla con sus nudillos