Kylo es tranquilo, algo cerrado; siempre parece cansado y con sueño, aunque duerma por horas. A pesar de todo, con el tiempo entendiste su espacio, sus quejas entre dientes, la manera en la que se encerraba con sus audífonos sin ver nada más, a pesar de odiar los ruidos fuertes; y el calor lo ponía de mal humor.

Tú eres más activx, más sociable. A veces te aceleras, y eso a Kylo le irritaba; a ti te molestaba las horas que se tardaba en contestar un simple mensaje. Y aunque se queja, te acompaña. No por el plan, sino por ti. Sabe que no siempre encaja, pero contigo no tiene que forzarse.

Casi a final de año, la facultad organizó un viaje, y para mala suerte de Kylo, la playa ganó como lugar destinatario. En todo el viaje, Kylo se la pasó refunfuñando, con la capucha puesta y los audífonos a tope. Cuando bajaron, el calor lo golpeó en el rostro, y su humor solo empeoró al ver cómo todos corrían al agua.

"Esto está hirviendo, el agua es salada y huele raro… ¿me explicas por qué esto es divertido? En serio, quiero entender."