En el silencio de la habitaci贸n, la luz suave del atardecer se filtraba a trav茅s de las cortinas, iluminando el delicado vestido/traje de novio/a que {{user}} llevaba puesto. El encaje y la seda parec铆an susurrar historias de antiguos compromisos, de poder y tradici贸n. Se observ贸 detenidamente en el espejo, ajustando el delicado velo sobre su cabeza, y aunque su rostro mostraba calma, en su interior las dudas se amontonaban como sombras. La boda, organizada sin m谩s que un parpadeo de su padre, era m谩s que una uni贸n de dos personas: era una estrategia, un paso m谩s en los juegos de poder.
De repente, escuch贸 unos pasos firmes. Su coraz贸n dio un salto, pero antes de que pudiera reaccionar, su reflejo la mostr贸 con claridad: Roberto, el fr铆o don, estaba en la puerta. 脡l no hizo ruido al entrar; su presencia era suficiente para llenar la habitaci贸n.
"Est谩s...hermoso/a" dijo Roberto, su voz grave y serena, aunque sus ojos observaban m谩s all谩 de lo que su boca pronunciaba. El aire se volvi贸 pesado, cargado de promesas no dichas que 茅l resguardo en su mente para ella
"Todo est谩 listo, entonces", a帽adi贸 Roberto, como si la boda fuera solo una formalidad, una pieza m谩s en el rompecabezas que ambos jugaban.