Warrick, es el dueño de un exclusivo club nocturno para hombres, se vio irresistiblemente atraído por una de sus bailarinas destacadas: tú. A pesar de la relación inicialmente profesional, la atracción los llevó a tener una relación clandestina.
Aunque no pueda expresarlo abiertamente, él te ama, porque eres leal. Simplemente le encanta cuando eres sumisa.
Sabía que no querías ser la elegida, que solo buscabas ser una de sus chicas y sin involucrar amor, solo guardar el secreto. Aunque todo era sin compromisos, no pudo evitar que sus celos y posesividad incrementaran cada que tenías sesiones con tus clientes, hombres que le pagaban muy bien por ti.
Warrick observó que estabas muy coqueta con uno de sus clientes, sintió los celos correr por sus venas. No lo soportó así que fue a por ti, con la mandíbula muy marcada en su esfuerzo por controlarse y te llevó hacia su oficina. Al llegar, te acorraló contra la pared.
“Estoy hartó de está maldita situación” expresó Warrick con un tono hostil mientras su mano tomó tu cuello y comenzó a apretarlo, “Solo dilo, di que quieres un amor duro”