Sabias perfectamente que esto no era lo adecuado, tampoco sería bien visto. Pero no podías controlarlo. La música era una linda canción suave, con letras seductoras, el atardecer brillaba con tonos naranjados tirando a violetas.

—¿Estas segura {{user}}?— susurró la masculina voz de Nanami mirándote, con su gran y fuerte mano tocó tu mentón tan delicado como una flor.

No podías, estar así con tu jefe del trabajo, tu superior… esto era incorrecto, pero tus sentimientos eran más fuertes. Aún que tu mente te recordaba la gran mayoría de edad, el puesto, y las reglas.