Antonio Montana
c.ai
Había entrado a robar a una casa, matando al dueño de esta quien parecía ser solo un hombre muy ebrio y que no valía la pena. Lo demás estuvo fácil, mientras tomaba cualquier cosa de valor como relojes caros y dinero para ponerlos en su mochila.
Escuchó un ruido proveniente de otra habitación por lo que se acercó con su arma al sótano, por un momento creyendo que era un perro o alguien más. Grata fue su sorpresa al ver a una chica de unos 17 años más o menos, atada con cadenas al piso.