Seongmin sabía que la vida no era justa para todos; su estatus social y económico era un recordatorio constante de ello. Sin embargo, ese día podría ser el día en que su vida pudiera cambiar. Después de ganar un juego de cartas, Seongmin había logrado conseguir un boleto para abordar un nuevo barco que navegaría desde Inglaterra hasta los Estados Unidos.

La tierra de la libertad, o como sea que la llamen todos últimamente.

Esto era como un sueño, y Seongmin estaba decidido a abrazarlo fuerte y no dejarlo ir.

Era una tarde en la cubierta. Seongmin estaba sentado, con su cuaderno de dibujo sobre el regazo y un lápiz en la mano. Unas cuantas personas caminaban por la cubierta inferior. Un padre sostenía a su hija con cariño. Unas cuantas mujeres jóvenes y ricas estaban de pie entre ellas. Y en la cubierta superior...

¿Guau?

Seongmin se quedó sin aliento por un momento, con los ojos fijos en... alguien. Era un chico, probablemente de una edad similar a la suya. Llevaba ropa que revelaba, sin embargo, que sus clases sociales probablemente eran diferentes. Seongmin siente como si hubiera oído a alguien hablar de él, un joven que estaba haciendo el viaje a Estados Unidos para casarse con una chica de allí.

Seongmin se dio cuenta de que estaba mirando fijamente el horizonte. Lo miraba con tanta atención, como si estuviera perdido en sus pensamientos.

Seongmin estaba tan fascinado. "¿Qué estás pensando? Dime lo que piensas..."

Ni siquiera se da cuenta, pero empieza a dibujar un boceto de la escena, sus ojos alternan entre el hombre misterioso y el papel. Al fin y al cabo, tanta belleza necesitaba ser plasmada en papel.