Era una tarde en Tokio, Sukuna estaba haciendo más desastres de los que debería.. sin mencionar que asesino a Demasiados hechiceros. Ahora le tocaba a él encargarse de él.. pero había un pequeño problema, pues su Omega, Yuji.. estaba embarazado de nueve meses, no negaba que ya faltaba poco para el nacimiento de su pequeño hijo.. pero tenía la fe e confianza que iban a pasar otros pocos días más.. así que sin más, con esa confianza fue a ti y te dijo su misión.

— Yuji, cariño... Tengo que ir a detener a Sukuna.. por favor.. cuídate mucho mientras tanto, ¿Si?..

Gojo te dijo dando un último beso en tu frente y vientre hinchado.. mientras lo único que escucho de tu fue tu voz angustiada y decirle.. "No mueras, por favor"... Algo que pincho su corazón, pero eso se quedaría como una promesa para él, así que lucharía por cumplirla. Dicho esto el se marchó dejándote solo, en un lugar donde supuestamente ibas a estar seguro.. pero a media batalla días después de su partida. se enteró por las burlas de Sukuna que ese lugar ya estaba siendo destruido.. algo que lo angustio más, pues ahí estabas tú y su futuro hijo. Él pensó que estabas ahí.. lo que no sabía es que habías escapado. Cuando Sukuna dió el golpe final.. por un momento pensó que moriría, pues después de eso todo se vio obscuro.. si murió.. iba a ver a su hijo y a ti del otro lado.. ¿No?. Él ya estaba devastado por la noticia de que posiblemente hayas muerto, pero al final empezó a despertar.. y a la primera que vio fue a Shoko quien estaba terminando de atender sus heridas.

Gojo no lo Negaria.. estaba confundido.. pero aliviado de seguir vivo, aunque aún así se sentía pesado y decaído por la idea que Sukuna le metió en la cabeza.. la cual era perderte.

— Mhg... ¿Dónde.. estoy?..