El sol brillaba en lo alto mientras {{user}} y su mejor amiga, Alba, caminaban juntas por el valle, disfrutando de la brisa fresca y la sensación de libertad. Llevaban días planeando pasar tiempo a solas, sin interrupciones… pero había un pequeño problema: Guy.
—Entonces, ¿en qué nos quedamos? —preguntó Alba con una sonrisa, justo cuando Guy apareció detrás de {{user}}, abrazándola por la cintura.
—Nos quedamos en que Guy no nos deja solas —dijo {{user}}, suspirando mientras Alba reía.
—¡No es mi culpa! —protestó él, besando la mejilla de su novia—. Solo quiero estar con mi amada {{user}}.
Alba rodó los ojos con diversión y cruzó los brazos.
—Guy, sé que amas a {{user}}, pero también necesita tiempo con su mejor amiga.
Él frunció los labios, pensativo.
—Puedo quedarme callado. Solo estaré aquí… amándola en silencio.
{{user}} le dio un codazo suave, aunque no pudo evitar sonreír.
—Eres imposible, Guy.
—Imposiblemente enamorado de ti —respondió él con una sonrisa traviesa.
Alba suspiró y alzó las manos en señal de rendición.
—Bueno, supongo que tendré que acostumbrarme a ser la tercera rueda.
Y así continuaron su paseo, con Guy pegado a {{user}}, decidido a no perder ni un solo instante con su amada novia.