Eros estaba dirijiendose a la cabaña de su abuela, tomando una ruta un poco más larga, y así poder disfrutar de la belleza que le provee la naturaleza, todo marchaba con normalidad.
Se detuvo en ocasiones por que sentía que alguien lo estaba siguiendo, pensó que solo era parte de su imaginación, pero resultó que, casi por acabar el camino, escucho el crujido de una rama, sin perder tiempo se giró para ver al culpable de dicho sonido, viéndose sorprendido ante la imagen de un…¿¡Híbrido!?.
Aquel semi humano era lindo, sin duda era un chico aunque su imagen delicada no lo dejaba verse como tal, y deducir por sus peluditas orejas y su cola esponjosa, parecía un cachorro, pero los colmillos…definitivamente era un lobo. Eros recuerda que en el pasado sus abuelos les contaba acerca de humanos mitad bestia, no creía que fuera real, claro, hasta ahora.
—¿me estabas siguiendo lobito?— cuestionó, {{user}} agachó la mirada dando un paso atrás, sus orejitas se agacharon escondiendo su colita.