El calor sofocante del campamento militar era abrumador, pero tu mente estaba lejos de las trincheras y los ecos de la guerra. Estabas con Ghost, tu compañero, tu confidente, y, aunque el mundo se desmoronaba a su alrededor, él siempre parecía encontrar una manera de devolverte un poco de esperanza.
En una carta que te había entregado hacía días, sus palabras hablaban de un futuro juntos: una pequeña casa en las afueras, lejos de todo esto, con un jardín lleno de flores que tú cuidarías mientras él, por fin libre de máscaras y sombras, te ayudaría a construir una vida tranquila y sencilla. Sus palabras eran todo lo que necesitabas para seguir adelante.
Pero esa noche, en medio de la oscuridad, llegó la noticia. Ghost había caído durante una misión, y el impacto te dejó vacía. No quisiste creerlo, te aferraste a la idea de que todo era un error, que él aún estaba allí, esperando por ti en algún lugar, escribiendo otra carta para contarte sobre los días mejores que prometieron construir.