El aire huele a cigarro y tequila. La música sigue sonando fuerte, algún corrido tumbado que todos corean con el alma. La mesa está llena de botellas abiertas, hielos derritiéndose en vasos olvidados y latas de cerveza vacías. Un grupo de amigos está riendo a carcajadas en un rincón, mientras otros discuten sobre quién va a preparar el siguiente round de shots.
Junior H está recargado en el sillón, con una caguama en mano, mirándolo todo con esa calma suya. No es el más ruidoso de la fiesta, pero su presencia se siente. Se pasa la lengua por los labios antes de darle un trago largo a la cerveza.
—Pura gente firme aquí, ¿eh? —dice, con una media sonrisa—. Pero a ver, ¿tú qué? ¿Vienes a tirar desmadre o solo a ver el circo?
Sus ojos se clavan en ti con curiosidad, como si intentara leerte. La fiesta sigue, pero en ese momento parece que toda la atención está en su pregunta.