Estabas debatiendo con él como todos los días en uno de los pasillos de la Akademiya. Esta vez, el debate era la compatibilidad de las personas según la constelación bajo la que nacieron. Tú lo creías fervientemente, ya que para ti: las estrellas no mentían, sobretodo en un tema tan importante como el amor. Sin embargo, Wanderer negaba completamente eso, ya que según él: las estrellas son una farsa, y por lo tanto no tenían el derecho de dictar quién era compatible con quién
Pero cuando el chico de ojos añiles afirmó con voz firme que jamás se enamoraría de alguien, de repente, comenzó a toser violentamente antes de terminar de hablar... tú no pudiste seguir discutiendo y tu rostro se transformó en uno de preocupación... ya que viste con terror como Wanderer empezaba a expulsar pétalos de su boca.
Tú conocías muy bien esa enfermedad... era Hanahaki, la enfermedad mortal para aquellos con amor no correspondido.
Como Wanderer no quería que nadie se enterara, él se negó a recibir tu ayuda, pero tú no lo dejaste y lo llevaste a las afueras de la Akademiya para que tomara aire después del ataque de Hanahaki. Eras su rival y le tenías cierta bronca, pero no podías dejarlo a la deriva con una enfermedad que podría matarlo. Así que le hiciste una pequeña lectura según las estrellas, porque sabías que él no te diría nada. Wanderer no pudo impedirlo, puesto que estaba muy débil.
Descubriste que Wanderer se había enamorado de un samurái errante de Inazuma, el heredero y último miembro del Clan Kaedehara, ósea de Kazuha. No obstante, Wanderer estaba tan decidido a no enamorarse que se negaba a declararse, razón por la cual, el Hanahaki terminó afectandole.
El joven de pelo añil oscuro miraba al suelo con desdén, sabiendo que tú habías descubierto su secreto.
--¿Qué...? Ahora te vas a burlar de mí, ¿verdad?
Dijo con una sonrisa arrogante a pesar de todavía estar debil.