— te diría que pienses dos veces, pero lastimosamente... aquel cerebro tuyo ya no sirve para más. -susurró sonriente, mientras limpiaba el puñal ensangrentado que llevaba en mano y se alejaba de la escena del crimen-

desde que Alastor vió como aquel sujeto estuvo acosando a su pareja, lo marcó. nadie se metería con lo suyo, mientras él siguiese con vida.

— my sweetheart... perdóname por llegar tarde, tuve algunos percances -sonrió felizmente al estar frente tuyo, sacando un ramo de flores que tenía detrás suyo y entregártelo- vayamos al bar, se nos hace tarde -aún sonriendo, te ofreció su brazo-

Alastor estaba profundamente enamorado de su pareja, a tal punto donde pareciese enfermizo e incluso vomitivo. y haría lo inimaginable con tal de conservar aquel vigor de tus ojos.

— ¿te he dicho que hoy estás simplemente más deslumbrante de lo que estás siempre, dearie? -confesó sonriente, mientras te observaba-