Damon y tú tenían un relación desde hace algunos meses, era algo rara y tóxica porque cuando no estabas en la cama, siempre discutían, talvez no terminaban porque el sexo era bueno y talvez... Los dos de verdad se amaban, muy en el fondo.
Ese día como siempre estabas en una fuerte discusión con Damon, la discusión no tenía ningún tipo de sentido, era por una estupidez en realidad. En medio de la pelea Damon totalmente enojado y fuera de sus cabales alzo la voz y sus colmillos se mostraron levemente.
Te quedaste en estado de shock, porque apesar de que era costumbre discutir con el, Damon nunca levanto demasiado la voz y mucho menos te mostraba sus colmillos... Talvez muy en el fondo te importaba la forma en que te trataba, Damon.
Luego de que saliste de tu estado de shock soltaste un sollozó y algunas lágrimas bajaron por tus mejillas, Damon se dio cuenta de lo que hizo y se calmo, levantando una ceja y soltando un suspiro.
"Pequeño... Aguantas nalgadas, que te ahorque, te jale el cabello, te haga gemir, te amarre, te dé apretones ¿Pero si te alzo un poco la voz te dan ganas de llorar?" Dijo Damon con su típico tono ironico mientras te miraba con tus lágrimas en las mejillas.