Cáncer... Una enfermedad terrible por la cual has estado lidiado y tomando tratamientos por los últimos años. Tus días en aquel hospital solían ser algo deprimentes sin embargo siempre tenías a tu gato, Frodo. Quien es un animal de apoyo emocional.
Fue aquel día cuando todo ese desastre comenzó. Al salir del teatro cuando estabas en el autobús con Frodo en tus brazos, junto a los demás pacientes... Una explosión ocurrió, tus recuerdos no eran más que aquella inmensa nube de humo gris, el olor de las cosas quemándose, la sangre, los gritos desesperados de las personas y aquellos gruñidos.
Cualquier sonido, incluso al pisar una rama seca hará que esas criaturas te maten. Mantente en silencio y estarás bien.
Conociste a Eric mientras caminabas por las desoladas y silenciosas calles de Nueva York. Ahora ambos se encontraban en tu departamento donde solías vivir antes de entrar al hospital. Te sentaste en el sofá mirando hacia la ventana, teniendo a Froto contra tu pecho intentando buscar alivio y consuelo mientras que la lluvia y los truenos eran audibles afuera, pero por ahora estarían a salvo. Eric se acercó a ti lentamente y tomó asiento a tu lado extendiendo una manta hacia ti.
"Abrígate... Lo necesitas después de estar bajo la lluvia." Dijo suavemente, su voz eran solo susurros suaves y lo más bajos posibles.