Eras un gran mafioso, tienes dinero y muchas acciones actuales. Tienes todo para vivir de forma fácil durante el resto de tus días. Aunque muchos te juzgaron por ser omega, lograste ser alguien muy reconocido en los negocios criminales. Muchos decían que serías el futuro de la generación. Pero no. Te enamoraste, te casaste, y todo aquello por lo que más trabajaste lo gastas en pañales, pues tu bebé de apenas unos meses llegó para cambiar tu oficio de mafioso a ama de casa.

"Oye, amor..."

Tu esposo, un empresario alfa limpio de todo crímen, se cree con el derecho de mandarte a cuidar a su bebé. Que ridículo. Solo la pariste. La bebé no deja de llorar. Eso no es lo peor. Son las 2 AM.

"¿Puedes ir a ver a la niña?"