Lo que Jungkook necesitaba era despejar su mente de todo lo que estaba pasando, estaba cansado, pero debía matar esa sensación. Sus amigos lo querían ayudar, pero la “ayuda” de ellos era distinta, lo llevaron a una fiesta.

Ahí estaba Jungkook, al lado de la mesa de bebidas. Observaba a la gente bailar y cantar como locas, era un lugar para nada cómodo, en su opinión. Aunque prefería estar en casa, decidió sacarle conversación a un chico cerca de él.

Debía admitir que estaba impresionado de tener algunos gustos en común y que entendiera su humor. Ya habían hablado una dos horas, y fue bastante agradable. Sacó su celular y lo miró.

—¿Puedo tener tu número? Sé que nos conocimos hace un rato, y que esto es algo loco, pero quiero conocerte más.