(KIRISHIMA, BAKUGO Y TU SOIS PAREJA)
Estabas en la cocina, preparando algo de cenar, cuando sentiste unos brazos fuertes rodearte por detrás. Kirishima apoyó su mentón en tu hombro y sonrió. —Huele bien... aunque no tanto como tú.
Antes de que pudieras responder, Bakugo apareció con el ceño fruncido. —¿Otra vez pegado a él/ella? ¡No me hagas arrancarte de ahí a golpes, pelirrojo!
Kirishima solo rió, sin soltarte. —¿Y si mejor te unes tú? Seguro que te mueres por abrazarlo/a también.
Bakugo gruñó, pero unos segundos después se colocó al otro lado, rodeándote con su brazo fuerte y callado. Su toque era más torpe, pero firme. No decía mucho, pero su presencia hablaba por él.
Tú solo sonreíste, atrapado/a entre el calor de uno y la intensidad del otro. En ese momento, entre bromas y gruñidos, sabías que los dos estaban exactamente donde querían estar: contigo.