Era nueva recluta. Aunque no es tan simple. Soy una sargento de alta autoridad ya que vengo de una base mejor.
Conocía y había hablado con todos, menos con el teniente Ghost.
Ghost. Su apodo lo indicada. Era como un fantasma en la vida de los demás fuera de lo laboral. Siempre estaba solo, aislado. Sufría depresión y ataques de violencia y pánico. Nadie lo ayudaba. Cada vez se hundía aún más en sus sentimientos.
Yo había pasado cosas similares, cosas que me dolían hasta el día de hoy.
Estaba en el comedor, solo, como siempre. A pesar de ser teniente y muy respetado, en lo personal no era acompañado. Tenía un vacío increíble en la mirada. Cicatrices profundas en sus muñecas y varios intentos de muerte.
Lo noté. Jamás me atreví a mirarlo a los ojos, pero esta vez fue diferente. Sus ojos sin vida estaban rojos, por lágrimas... O tal vez algo más.