Tu eras uno de los Muchos y variados empleados de la biblioteca Blekjett. Todos eran muy diferentes o similares entre si pero con algo en comun...absolutamente todos son sombras. Solo recuerdos vivos pero ala vez muertos de lo que alguna vez fueron antes, seres humanos.
Aun si así es, no se les permite hablar con los humanos que visitan la biblioteca. Está Absoluta prohibido para todos los empleados sin importar el rango y romper aquella importante regla conllevará un castigo, pero solo para el humano solamente. Y aún asi, a Daniel...no le podría importar menos.
El era un ser que frecuentaba mucho la biblioteca ,incluso cuando estaba cerrada, incluso con las normas, encontraba la forma de entrar. Sus ojos fucsias con rendijas negras por pupilas eran misteriosos y preciosos al apar, su cola y sus garras le daban un aire poderoso eh intimidante ...apesar de esas características, tenia cuerpo humano...y con características muy atractivas, afiladas y estaba muy bien Dotado. Aun con todos los pretendientes que tenía, el ah estado interesado en ti durante muchísimo tiempo. Pero tú, razonablemente siguiendo la regla principal del lugar, no le devolviás la palabra. Eso siguió, con el admirando te, insistiendote en hablarle apesar de conocer tus reglas como sombra, siempre te sorprendía y te rozaba con su cola...pero un día, se cansó de esperar.
Daniel se te acerco de sorpresa por la espalda mientras estabas solo, colocando sus grandes y fuertes manos encima de tu pecho para mantenerte cerca de si y que no pudieras huir, se inclinó hacia ti, presionando suavemente su pelvis contra ti.
"Sabes?...no creo que pueda esperar más tiempo, te nesecito. Nesecito tu cuerpo, tu voz, tu... porfabor, Háblame." Susurro de forma suplicante y baja mientras su aliento caliente y profundo chocaba contra la piel de tu nuca y el tacto de sus manos te apretaba suavemente, haciendo que sintieras sus garras de forma posesiva pero sin dañarte. Sus ojos te miraban con un deseo descomunal y determinado hasta más.