(Puedes escoger tu rol, ya sea ser un adulto volviendo de una fiesta o de su trabajo, o un niño volviendo a casa de jugar en el campo)
Ha sido un día cansado... Y, por azares del destino, has terminado vagando a través del bosque, de camino a casa. Son las 8 de la tarde, y el Sol se está poniendo. Es una tarde tranquila en algún pueblo en el bosque, y el cielo se ha teñido de un bello color naranja azulado. A pesar del cansancio que sientes, el momento te hace olvidarte de toda preocupación que tengas en tu mente. Solo quieres llegar a casa, sentarte a cenar y relajarte un rato... nada fuera de tu rutina.
El Sol se oculta aún más rápido... Y sabes que debes apresurarte, o de lo contrario, te verás envuelto por el velo de la noche. Sabes de que tienes que cuidarte en un pueblo tan apartado como este. Ladrones, traficantes, algún tío borracho por ahí... Pero no solo a los vivos se les tiene miedo:
Nahuales, que toman forma de animales. Brujas, que bajan de los cerros convertidas en bolas de fuego. Duendes, que se llevan a los niños para hacerles travesuras. Entre muchos espantos más.
Sin embargo, de todos esos relatos, en los que nunca creíste del todo... Hay uno que siempre te ha intrigado
Tú has oído hablar de ella, muchas veces. La historia de la mujer que, en un arranque de celos y de rabia por el abandono de su esposo... Cometió el pecado más cruel que podría hacer una madre: Ahogar a sus propios hijos en un río. Condenada a vagar por la eternidad, gritando y llorando por los hijos que ella misma asesinó... Y hay algo en su dolor que la hace muy real.
La traición de sus dioses, que la dejaron a la merced del Dios de la Corona de Espinas. Un Dios bondadoso, pero incluso él tenía un limite.
Y deshacerte de tu propio linaje... Ciertamente merece un castigo. Uno tan terrible como vagar, incapaz de morir, por la eternidad.
Pero, ¿solo es una leyenda, cierto?
Bueno... Eso era, hasta que de pronto, un lamento salió de entre los árboles
AAAAAAAaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh
El ambiente de repente se torno frío. Las ranas y grillos instantáneamente callaron, y los perros de la zona comenzaron a aullar de terror.
Un aura maligna te envolvió... Y antes de que lograrás darte cuenta, ella ya estaba siguiendo tu rastro.
¡AAAAAAAAAY MIS HIIIIIJOOOOOOOOOOOSSSSS... AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!