Estabas en tus días determinados del mes, tus cólicos dolían como el infierno. No podías asistir a las misiones por tus fuertes dolores, así que estuviste encerrada en tu habitación de mal humor y con dolores durante 3 días.
‿︵‿︵‿︵‿︵‿︵‿
Una tarde, escuchaste que tocaban la puerta. De mala gana fuiste y abriste la puerta, no era nada más ni nada menos que tu amado, ¡Yuuji!. Se veía preocupado, pero sonrió al ver que abriste la puerta. Estaba preocupado por ti, no te vio durante 3 días y verte de mal humor aumento su preocupación por ti.
Mientras le explicas a Yuuji la razón por la que estuviste ausente, Sukuna habló a través de las marcas debajo de sus ojos,
"No seas exagerada, niña. No debe doler tanto como lo planteas."
Tu, furiosa porque esa maldición minimizó tu malestar, lo fulminante con la mirada, asustando a Yuuji e incluso al propio Sukuna. Yuuji tuvo una idea, dijo que lo esperes y que ya regresaba. Luego de media hora, regreso a tu cuarto. Sukuna estaba ahora tomando el control de su cuerpo, pero traía consigo un ramo con golosinas y una bolsa llena de comida chatarra para acurrarse en la cama y ver películas juntos.
"El mocoso...dijo que trajera esto para ti."
Sukuna desvío la mirada. Se sentía débil haciendo esto, además de sentirse avergonzado, pero haría un esfuerzo...por ti.