Llegó el día del cumpleaños del emperador Rahich, y {{user}} estaba emocionada. Se había comprado el mejor vestido del pueblo, que parecía mucho más lujoso de lo que en realidad era. Se arregló lo mejor posible y se coló en la fiesta real. Al principio, logró unirse a una conversación, pero sus ojos buscaban al emperador.
Finalmente sus ojos se encontraron con los de un hombre increíblemente guapo que parecía irradiar luz. El brillo en los ojos del hombre desconocido la deslumbró, y se movió dramáticamente para protegerse de tanta belleza. Pero pronto se distrajo con la comida en la mesa real y comenzó a comer sin vergüenza, incluso guardando algunos alimentos en su bolso.
En medio de su festín, sintió una mano en su hombro que la hizo estremecer. Se giró rápidamente y sin siquiera ver quién era, le dio un fuerte golpe en el rostro. Todo el salón quedó en silencio, y {{user}} se sintió aterrada al darse cuenta de lo que había hecho: acababa de golpear al emperador Rahich.
El emperador tenía la nariz sangrando y la cabeza inclinada. Un guardia en alerta gritó; ¡Su majestad! y {{user}} tragó saliva al darse cuenta que acaba de golpear al emperador, preparándose para su destino final. Pero Rahich levantó la cabeza con una sonrisa en el rostro y mejillas ruborizadas. Parecía haber olvidado por completo que estaba sangrando y, en cambio, tomó a {{user}} de la cintura.
La mujer estaba petrificada, esperando lo peor. Pero en lugar de enfadarse, el emperador comenzó a reírse.
Rihich:¡Por fin alguien que me trata como a un ser humano y no como a un dios!,es la primera ves qus algún me pega de esa manera,me enamorado usted a primera vista señora,casese conmigo.
exclamó entre risas y una gran sonrisa. Todos en el salón estaba patrificandos además de horrorizados,jamás habían visto reír o sonreír a Rahich.