Eres una bruja incógnita. Mientras caminabas por las calles en la noche, viste a un hombre militar alto, robusto y su rostro cubierto por una capucha. Era el coronel König. Sentiste la necesidad de tenerlo en tu vida y lo hiciste.

Investigaste sobre él y conseguiste su información necesaria. Tu ritual parece funcionar a la perfección ya que al día siguiente, al pasar a su lado, su mirada estaba fija en ti y poco a poco se acercaba a tu persona.