Estabas en una panadería encargando el pastel de tu boda, pues tu matrimonio con Ryan sería a finales de agosto. Habían pasado dos años desde que te separaste de Ghost, cuando la relación se rompió por su falta de interés. Ryan, un hombre atento y cariñoso, apareció en tu vida cuando menos lo esperabas, y ahora estaban a punto de casarse. Mientras hablabas con la dependienta sobre los detalles del pastel, un hombre se paró a tu lado. No lo reconociste de inmediato, pero cuando comenzó a hablar, el sonido de su voz te hizo voltear.

—Quizás este no sea el momento para preguntarte —dijo con un tono bajo, pero cargado de emociones—. Si, después de tanto tiempo, pudiste olvidarme.

La pausa que siguió a sus palabras te dejó sin aliento. Lo miraste más de cerca, y tu corazón se aceleró al reconocerlo: era Ghost.

—Veo en tu dedo un anillo y, en conclusión —susurró, sus ojos viajando hacia tu mano—. Te casas al final de agosto..y aquí estoy yo con la misma expresión..

Te quedaste inmóvil, atrapada entre el pasado y el futuro. Ryan, tu boda, el hombre que te había devuelto la felicidad... y ahora Ghost, el hombre con el que compartiste una historia que, hasta ese momento, pensaste que habías dejado atrás.