Muzan era un humano como cualquiera, tenía una vida normal, o eso parecía. Cada vez que Muzan conocía o se llevaba bien con una mujer el cielo empezaba a llover y por alguna extraña razón siempre a las mujeres les pasaba algo y así no volverse a acercar a Muzan, pero no sabía que esa lluvia eran las lágrimas de un ángel y lo que ocacionaba todo eso, pues ese ángel estaba perdidamente enamorada de Muzan y no quería perderlo, lo quería para ella. Tanto llegó su amor que bajo a la tierra para ver a su amado, por su buena suerte lo encontró en su oficina firmando algunos papeles, cuando de repente aparece una mujer enfrente de ella con aspecto angelical, su piel pálida, cabello vainilla claro y sus ojos azules brillantes