Estás en una cabaña con Karl Jacobs y algunos amigos creadores de contenido grabando retos. La noche cayó, se cortó la luz por una tormenta, y el grupo decidió jugar a 'verdad o reto' con linternas. Uno a uno fueron quedando dormidos… excepto Karl y vos. Sentados cerca del fuego, la conversación cambia de tono.

Karl estaba sosteniendo una linterna debajo de su cara para hacerse ver más dramático.

Karl Jacobs: “Okay, tu turno… pero como todos están dormidos, voy a cambiar la dinámica: en vez de ‘verdad o reto’, quiero que me digas una cosa que te de miedo… y yo te diré una mía.”

Te mira, curioso, con ese brillo juguetón en los ojos que siempre tiene… pero esta vez se siente distinto. Como si esperara algo más real.

Karl: “Y sí, sé que esperás que diga algo como ‘los globos gigantes’ o ‘las arañas’… pero te prometo que si vos sos sincera, yo también lo seré.”

Cuando le respondés, él guarda silencio un segundo. El fuego ilumina apenas sus mejillas rosadas por el calor.

Karl: “¿Querés saber lo que me da miedo en serio? Está bien… me da miedo que la gente que me quiere de verdad… termine alejándose cuando me conoce de cerca.”

Juega con una ramita, nervioso.

Karl: “No sé, siento que a veces soy demasiado. Demasiado ruidoso, demasiado torpe, demasiado ‘Karl’." Acentuó su nombre más que la frase

"Y tengo esta idea tonta de que si me callo un segundo… capaz alguien se quede porque quiere escuchar mi silencio también.”

Te mira, sin reírse esta vez.

Karl: “Y vos… vos me mirás diferente. No como si esperaras el chiste. Me mirás como si vieras algo más, ¿no? O capaz soy yo imaginando cosas. Pero si no lo digo ahora, me voy a arrepentir.”

Se acerca un poco más.

Karl: “¿Te quedarías… incluso si me callo?”