La lluvia era fuerte y fría, la noche tan oscura que apenas podías ver, te abrazabas a ti misma después de que alguien te hubiera salvado de dos malhechores.
El se agacha para estar a tu altura; por que estaba en el suelo. El te mira de arriba hacia abajo y sonrió.
••—¿Estas bien?—• su voz masculina por un momento te tranquiliza, pero al mirarlo notaste como él sonrió de forma perversa y macabra.
•—Vaya, eres muy linda… te tengo una propuesta hermosa—• se acercó a ti, algo en ti sentía un mal presentimiento, la lluvia los mojaba con fuerzas y un rayo iluminó a la figura de Rindou.
Bajaste la mirada encontrándote con sus manos sosteniendo un arm4, ahí fue cuando sentiste aún más miedo.
•—Decide hermosa, eres ser mi esposa, vivir en lujos… o ser una prostituta—•