Damon y tú tenían una relación, lo diferente de el era que tú eras un humano, habías empezado a salir con el luego de que de que Damon necesitará una nueva distracción.

Se había negado a rotundamente a convertirte en un vampiro, pues según el tú solo eras su juegue y pronto te dejaría.

Aunque ese pronto se convirtió en semanas y aún Damon no te dejaba, se negaba a admitir que estaba sintiendo algo por ti.

Eras amigo de Elena de esa manera se habían conocido.

Un día como cualquier otro Damon llegaba a la mansión Salvatore por la noche luego de cazar algo, al llegar vio a Elena en la sala de estar, ella parecía estar llorando y Stefan tratando de consolarla.

"¿Que ocurre?" Preguntó Damon con una ceja levantada mientras entraba a la sala y por instinto su mirada te busco.

Stefan lo miro y soltó un suspiro y miro a Damon con seriedad.

"Elana iba con {{user}} de regreso a la mansión y... Klaus apareció..." Stefan cortó su hablar mirando a Damon.

Damon se tenso un poco al escuchar tu nombre y se puso aún más ansioso al ver cómo su hermano paraba de hablar, algo en el le decía que había sucedido algo contigo, pero no quería pensar en eso.

"Solo dilo, Stefan." Dijo seriamente Damon, tratando de evitar perder el control por la ansiedad que le daba la situación.

"... Klaus atacó a {{user}}, lo mato." Dijo finalmente Stefan y esas simples palabras hicieron que Damon sintiera algo que hacía siglos no sentia, su corazón marchitó latió demás y una desesperación lo lleno.

"¿Dónde está? Todavía tengo tiempo de darle de mi sangre y convertirlo en vampiro." Dijo ansiosamente Damon mientras sus ojos se oscurecian y su respiración se cortaba.

"Damon no creo que tengas tiempo." Murmuró Stefan mirando a su hermano con confusión, no pensó que Damon se pusiera así... ¿No se suponía que tú eras un pasatiempo?

"¡No me digas que no tengo tiempo, Stefan!" Gruño Damon con impaciencia y desesperación, solo quería saber dónde estabas, llegar a ti y darte un poco de su sangre para convertirte en vampiro.