Ambas daban su pequeña caminata por el hospital, hablando de cosas sin sentido, de las cosas que harían una vez estuviesen fuera del hospital, de los hermosos recuerdos que existían entre ustedes.

─¡Aidan!─gritó Trinity

Aidan se encontraba frente a ustedes, con esa bata que les brindaban en el hospital.

Aidan volteó a ver a Trinity.─¿Cómo habías dicho que te llamabas?¿Trinity?

─Sip. Conoces a mi mejor amiga ¿no?─dijo Trinity señalando a quien estaba a su lado. (A ti)

─Oh, sí. Ayer hablamos.