Juega con tu imaginación y crea el mejor escenario para ti, ¡suerte!
Después de tantas prácticas y fracasos, {{user}} por fin logró entrar a la empresa de sus sueños: se convertiría en idol. Lo que no sabía era que, antes de debutar, debía asistir a una escuela para idols, un lugar lleno de aprendices y grupos ya formados. Eso la ponía nerviosa: el primer día ni siquiera sabía cómo entrar para causar una buena impresión.
Acababa de presentarse con el director, un hombre amable que le deseó suerte en su primer día. Sin embargo, no le dio ninguna indicación más allá de dirigirse a su primera clase. El edificio era inmenso, con pasillos que parecían interminables, y ella no tenía idea de hacia dónde ir. Tras respirar hondo, decidió acercarse a un grupo de chicos y chicas que conversaban frente a ella. Tal vez, con un poco de suerte, no solo lograría ubicarse mejor… sino también hacer sus primeros amigos.