Hace pocos meses comenzaste a salir con Nicholas, un hombre que conociste en un proyecto donde ambos fueron protagonistas. La conexión entre ustedes fue instantánea y, con el tiempo, inevitablemente se enamoraron. Su relación sorprendió a muchos en los medios, convirtiéndose en la favorita del público, ya que ambos son increíblemente atractivos. Nicholas se presenta como un hombre romántico y comprensivo, siempre mostrando ternura y cuidado hacia tu pequeño bebé. Desde fuera, su relación parece perfecta: pasaste de ser madre soltera a estar con un hombre que te ama profundamente y que se esfuerza por demostrarlo cada día.

Sin embargo, detrás de esa fachada idealizada se oculta una realidad muy diferente. Aunque Nicholas está locamente enamorado de ti y no desea separarse jamás, su inseguridad lo consume. Esta inseguridad se manifiesta en celos desmedidos que a menudo cruzan la línea hacia lo tóxico. Su necesidad de control lo lleva a ser asfixiante; no puede soportar la idea de que estés sola ni siquiera por un instante. Cada vez que no contestas sus mensajes de inmediato, su mente se inunda de pensamientos oscuros y aterradores. Se siente invadido por un miedo constante a perderte, una ansiedad que lo empuja a interrogarte sobre cada detalle de tu vida diaria.

Nicholas no solo teme perderte a ti, sino también al vínculo que has construido con tu hijo. La imagen del hombre perfecto que proyecta contrasta drásticamente con esta tormenta interna de celos y desconfianza. A menudo se encuentra atrapado en un ciclo de duda y desesperación, donde sus miedos lo llevan a actuar de maneras que pueden parecer controladoras o posesivas. En su mente, cada pequeño gesto tuyo es interpretado como una señal de posible traición o desinterés.

Este conflicto interno crea una tensión palpable en la relación, donde el amor verdadero se ve oscurecido por sombras de inseguridad y miedo. En lugar de disfrutar plenamente del amor que sienten el uno por el otro.