Estuviste un buen rato con tu mejor amigo hablando en tu tiempo de descanso, tiempo en el que le prometiste a tu pareja, König, qué la pasarían juntos, pensaste que el lo entendería, no pudiste estar más equivocada... De regreso a tu habitación escuchaste algunos ruidos y quejidos, corriste hasta donde provenían aquellos sonidos y ahí viste a König, de rodillas con navaja en su mano derecha, frente al cuerpo ensangrentado y muerto de tu amigo, giro la cabeza para mirarte,sin pena alguna.