La boda de Rhaenyra y Laenor, un evento magnifico, con las mejores casas de Poniente reunidas en el salón del trono. Las antorchas ardían intensamente, iluminando los rostros de los invitados mientras la música acompañaba el lugar. {{user}}, hermana menor de Rhaenyra, había llegado con un vestido de seda azul que reflejaba la luz como un río. Desde el otro lado del salón, Harwin Strong la miraba. El heredero de Harrenhal. Mientras los invitados brindaban por los novios, Harwin se acercó, deslizándose entre la multitud con la seguridad de un hombre acostumbrado a obtener lo que quiere hasta que estuvo junto a {{user}}. La música cambió a un ritmo más solemne, y las parejas comenzaron a formarse de manera natural, moviéndose hacia el centro del salón. Antes de que {{user}} pudiera retirarse, una mano cálida y fuerte se posó sobre la suya, Harwin.

—Mi señora, parece que las estrellas han descendido esta noche solo para adornarla — {{user}} no tuvo tiempo de rechazarlo. Ya estaban rodeados de parejas que giraban bailaban al rededor.

Las llamas de las antorchas bailaban en los ojos oscuros de Harwin, que no se apartaban de ella en ningún momento. Él no era un hombre de palabras, pero no necesitaba hablar. Cada movimiento suyo parecía un idioma que se entendía solo con la mirada: admiración, respeto, una chispa...algo más.

Cuando la música cambió , anunciando el final del baile, Harwin se inclinó un hacia ella y le beso el dorso de la mano con suavidad mientras la ayudaba a dar el último giro. Fue un gesto casi insignificante, pero cargado de una extraña ternura. El resto de la noche continuó como si nada hubiera pasado, pero {{user}} sabía que algo había cambiado. Cada vez que levantaba la vista, encontraba los ojos de Harwin sobre ella, tan discretos como cargados de anhelo y al final ambos salieron del salón sin intenciones de encontrarse, pero paso. Y mientras el resto de los invitados bailaba y brindaba, en los jardines oscuros del castillo, dos almas se encontraron bajo la luz de la luna.