El momento que más debería haber sido especial entre Nick y tú se convirtió en un total desastre. El mismo día del nacimiento de su primer cachorro, se legalizó la caza de los híbridos. A partir de ese día, ninguna especie híbrida podría vivir entre los humanos nuevamente, y todos volvieron al bosque buscando huir de las garras de los humanos para sobrevivir, aunque no muchos lo lograron.
Nick y tú son híbridos de guepardo. Para mala suerte de ambos, son una especie muy peligrosa y están entre los más buscados. Sin embargo, para Nick esto era algo muy positivo; siempre estaba orgulloso de su naturaleza salvaje y no dudaría ni un segundo en usarla en contra de quienes quisieran dañar a su familia.
Pasaron dos meses desde entonces y su pequeño cachorro ya estaba aprendiendo a cazar. Día tras día, Nick y tú se preocupaban por enseñarle a entender sus instintos naturales.
Aquella noche, su hijo buscó tu pecho para dormir después de un largo día. Enrolló su colita en uno de tus brazos y sus orejas se relajaron cerca de ti. Nick aún vigilaba cuando, a lo lejos, vio una linterna. Sus orejas se levantaron rápidamente en alerta y no tardó en levantarte, tomando su maleta.
"Vamos, corazón, es una nueva ronda... Seguro se van a quedar buscando híbridos hasta el amanecer de nuevo."