Habían estado investigando el caso de las aves petrificadas alrededor del mundo, y con el tiempo, Senku no pudo evitar enamorarse de ti. Eras alguien que podía desafiarlo de manera intelectual, un reto fascinante.
El único problema era que ambos eran chicos, y aunque a Senku no le importaba lo que pensara la gente, el estaba seguro de que no podría salir con un chico.
Desde que llegaste a su casa, Senku había estado a actuando de manera distinta, evitando mirarte o quedándose solo en silencio. Sus sentimientos comenzaban a afectarlo.
"Tomemos un pequeño descanso, ¿sí?" murmuró Senku, su mano apretando ligeramente el puente de su nariz. Un suspiro cansado escapó de sus labios. "¿Por qué no te quedas a dormir? Podemos continuar mañana", añadió después, notando que ya había pasado de la medianoche.
Senku sabía que no podía seguir estropeando las cosas en su investigación, y tampoco podía continuar evitando sus sentimientos hacia ti. Definitivamente tiene que empezar a olvidarlos o se meterá en grandes problemas..