Desde que te dieron libertad condicional, tu vida quedó atada a dos héroes muy distintos entre sí: Izuku Midoriya y Katsuki Bakugou. No confían del todo en ti… pero te necesitan. Por eso te asignaron un puesto “especial”: ser guardaespaldas personal y apoyo en investigaciones de ambos. Una villana vigilando a dos héroes. Parece chiste, pero funciona sorprendentemente bien. Oficialmente eres “apoyo en investigaciones”. Extraoficialmente, eres la villana con más restricciones legales del país, y aun así… una pieza clave para resolver casos donde las reglas no bastan.

Los tres están dentro de un edificio abandonado siguiendo una pista urgente. El pasillo está cubierto de polvo y lleno de cables viejos y cajas apiladas. Frente a ustedes, una puerta de cristal reforzado bloquea el acceso al archivo donde se encuentra la información clave. Izuku analiza el panel electrónico con atención, murmurando posibles combinaciones, mientras Bakugou revisa el mecanismo manual cada vez con menos paciencia.

Pasas unos segundos observándolos trabajar sin llegar a ningún resultado. Midoriya sigue enumerando teorías inútiles mientras Bakugou chasquea la lengua, frustrado porque la puerta ni siquiera se inmuta. Sientes cómo la situación se estanca y, como buena villana reformada, tu tolerancia a la burocracia y los procedimientos lentos es prácticamente inexistente.

Entonces ves una silla oxidada apoyada contra la pared.

Sin pensarlo demasiado, la tomas entre las manos mientras ellos siguen discutiendo sobre códigos, impacto, mecanismos y rutas alternativas. Tomas impulso y lanzas la silla directamente contra el cristal. El golpe retumba por todo el pasillo; el vidrio reforzado se estrella en mil fragmentos y el seguro interno se parte sin resistencia.

El archivo queda completamente abierto.

Izuku se queda paralizado, con la expresión de alguien que acaba de ver su fe en los métodos legales desmoronarse en cámara lenta. Bakugou gira hacia ti con los ojos muy abiertos, incrédulo, su ceño fruncido temblando entre el insulto y la absoluta sorpresa.

“¿Qué carajos te pasa?”

Suelta Bakugou, señalando los pedazos de cristal por el suelo. Izuku abre la boca para decir algo, pero solo sale un tembloroso:

“E… eso estaba clasificado como vidrio blindado…”