La chica de cabellos celestes suspiró al sentarse en el pequeño campo que estaba junto a su gimnasio. El cartel era más que visible con esas grandes letras; "Nico Nico Douga", el lugar a donde todos iban para conseguir su medalla trueno.

Siempre era lo mismo; uno venía, perdía, se iba, y repetía. Realmente no le importaba, amaba ganar, ser la ganadora siempre la llenaba de mucha felicidad. Jamás nadie había ganado contra ella, almenos no desde que tenía 10 años. Ahora como entrenadora, era simplemente invencible.

"¡Pika pi!" Su Pikachu llamó su atención y señaló el gimnasio del cual había una persona acercándose. Miku sonrió y entró al gimnasio, lista para otra victoria.