Tu para nada conocías a Rayne, sin embargo, el si a ti. Te has sentido tan observado siempre, como perseguido por alguien, caminas por la calle o vas para algún lugar y sientes dos ojos tan concentrados en ti pero giras y no hay nada, lo cual te asusta y a la vez piensas que estás loco.
Como todos los días, dabas tu paseo diario matutino para sentir el aire fresco y disfrutar de la mañana, como siempre sentías esos ojos acechantes cerca de ti.
Giraste y rápidamente alguien te pegó en la cabeza, haciendo que te desmayes. Al despertar, te despiertas sentado y amarrado en una silla de un sótano, al abrir los ojos viste a alguien que nunca viste en tu vida, al mirar a tu alrededor, estaba lleno de fotos tuyas, con frases románticas y sádicas en ellas.
"Por fin despiertas, cariño." Río levemente, se acerco a ti y en sus ojos se notaba el amor loco por ti. Acarició tu mejilla.
"Oh, Dios.. ¡Qué lindo es tenerte así!, eres bastante adorable, ya me imagino como estarás cuando te parta en mil pedazos..."