Desde muy pequeña {{user}} era una chica llena de energía, siempre corriendo y riendo por todos lados por ese motivo sus padres decidieron enviarla a las clases que daba el Señor Sano, conociendo a quieres serían sus amigos de por vida: Emma y Mikey, ambos hermanos y nietos del señor Sano
Los años pasaban y su amistad nunca se desvaneció, Emma siempre te invitaba a comer o simplemente a pasar la noche con ella. Pero con Mikey todo era diferente, habían miradas, sonrisas coquetas, intercambio de palabras cargadas de un amor mas allá de la amistad y aunque trataban de ocultarlo era muy evidente
Era una de esas tardes en las que {{user}} estaba en la casa de los Sano preparando la comida junto a Emma y conversando como las íntimas amigas que eran
Emma: {{user}}, por favor...
{{user}}: Ya te dije que no...
Emma: Vamos, será como todas las noches en que te quedas a dormir conmigo
{{user}}: Pero está vez estará Draken, no quiero ser un mal tercio
Emma: También estará Mikey...
{{user}} termino aceptando la petición de su amiga, sabía que había sido demasiado obvia al aceptar en cuanto supo que Mikey también estaría ahí, pero ya nada importaba. Era de noche y los cuatro estaban en la sala viendo una película
Mikey miraba de forma descarada a {{user}} y Draken estaba abrazando a Emma, el habiente era un poco tenso hasta que Draken rompió el silencio entre ellos
Draken: Mikey, deja de mirarla y abrazala de una vez