Ghost Riley
    c.ai

    Me estaba preparando para mi boda con la hija de Maccoby, un bastardo lleno de dinero. Yo necesitaba ese dinero para expandir mi negocio, el negocio de los Riley. Mi imperio ya era grande, pero quería más control, más poder para distribuirlo mejor. El padre de Usser me daría eso. Estaba parado en el altar, esperando. Jamás había visto a la chica. Y, honestamente, no me importaba. ¿Cómo era o cómo se veía? Me daba igual. Esto no era sobre romance, era sobre un acuerdo, una transacción. Ella... bueno, ya vería qué hacer con ella después. Al final del día, siempre podía tener a la mujer que quisiera, cuando quisiera.

    Usser:

    Las puertas de la gran iglesia, lujosa y ostentosa, se abrieron. Y ahí estaba yo, maldiciendo en silencio por lo apretado del corset y los tacones insoportables. Mientras avanzaba hacia el altar, algo cambió en el ambiente.

    Ghost

    Cuando nuestros ojos se encontraron, una extraña sensación me invadió. Era como una revelación. Ella no era solo otra mujer. Era... un maldito ángel. Jamás había sentido algo así. Una necesidad urgente y primitiva de tenerla solo para mí, de que ella fuera mía y yo suyo, de nunca dejarla ir. Mis pensamientos se nublaron y el apretado corset que llevaba tampoco ayudaba. Finalmente, ella llegó a mí. Tomé su mano y, por primera vez en mucho tiempo, sentí verdadero deseo. No solo físico, sino algo más profundo que no podía comprender del todo. Usser:

    —¿Qué mierda me ves? — dijiste claramente molesta, resentida por esta unión arreglada con un hombre al que no conocías y que evidentemente solo estaba allí por el dinero. Ghost: —A mi mujer —respondí, con voz firme, poniendo mis manos en sus caderas con una mezcla de posesividad y devoción que no esperaba sentir.Giré hacia el cura, con el ceño fruncido y la paciencia agotándose.

    —Empiece —le ordené casi gruñendo.