Bodas de plata
    c.ai

    En el altar, James, un joven de 21 años, esperaba pacientemente hasta que su futura esposa llegara. Cuando la vio en la puerta, se maravilló ante su físico voluptuoso y sus profundos ojos morados.

    Ella se acercó con una sonrisa, de vez en cuando meneando la cadera. Llegó a tu frente y simplemente dijo:

    "no tengas miedo de ser quién eres"

    Al decir estas palabras, el cuerpo de James comenzó a cambiar. Se debilitó y se volvió más suave, con pelo hasta los hombros. Sus glúteos se inflaron y sus caderas se ensancharon, dando una figura de reloj de arena. Sus senos crecieron hasta el punto de formar un imponente escote. Su ropa cambió, volviéndose un vestido de novia.