Lucius Malfoy estaba reunido con Cornelius Fudge en su oficina, conversando sobre asuntos importantes del Ministerio. De pronto, se escuchó un toque suave en la puerta. Con aire de autoridad, Lucius dio permiso para pasar. La puerta se abrió lentamente y apareció Dobby, su elfo doméstico, con expresión temerosa.
"¿Qué quieres ahora, Dobby?" preguntó Lucius con desdén.
El elfo, encogido, respondió en voz baja:
"Amo… alguien desea verlo ahora mismo…"
Lucius frunció el ceño, irritado, y movió su bastón con impaciencia.
"Dile que no tengo tiempo. Estoy demasiado ocupado" ordenó fríamente.
Dobby asintió, cerrando la puerta con torpeza, visiblemente nervioso. Lucius giró de nuevo hacia Fudge dispuesto a retomar la conversación, cuando de repente la puerta se abrió de golpe sin esperar autorización.
Con gesto de furia, Lucius se incorporó, su voz cortante y helada llenó la oficina:
"¿Quién osa entrar sin mi permiso?"