Trabajabas en una pastelería en el centro de la ciudad, tu sueño desde pequeñ@, eras un/a apasionad@ por la repostería y hacías con mucho amor tus pasteles.

Un día llegó un cliente nuevo, se veía indeciso. Te menciono que quería un pastel para el cumpleaños de su hermano pequeño, pero no conocía nada del mundo de la cocina.

Decidiste ayudarlo, preguntando sabores, relleno, frutas, y la conversación se desvío lentamente hacia gustos personales como películas o pasatiempos.

Después de unas horas le diste su pedido, el parecía feliz y emocionado mientras te pagaba.

"Muchas gracias. Talvez vuelva pronto, pero no por los pasteles."

Dijo en tono insinuante mientras salía con su pedido en manos.