El estadio rugía con energía. Miles de personas vitoreaban, agitaban banderas y aplaudían con entusiasmo mientras el equipo local avanzaba en el marcador. Entre la multitud, Katsuki vibraba con cada jugada, su mirada pegada al campo, su corazón latiendo al ritmo del partido. A su lado, {{user}} quien miraba la cancha con curiosidad, aunque sin entender del todo lo que ocurría.
"¡Mira eso! ¡Tremendo pase!" exclamó Katsuki emocionado.
"Sí, sí… ¡wow!" respondiste, aunque en realidad no tenías idea de lo que estaba pasando.
Él rió y negó con la cabeza. "No tienes que fingir que te gusta."
"No finjo, solo… no entiendo nada. Pero te veo feliz que hasta me entretiene."
Katsuki sonrió. Esa era una de las cosas que más adoraba de ti. Incluso cuando no te interesaba algo, siempre estabas ahí para él. Últimamente, esa sensación de querer estar cerca de ti se había vuelto más intensa, más difícil de ignorar. Pero no iba a pensar en eso.
El partido continuó con emoción, hasta que la música en el estadio cambió y la gente comenzó a gritar con entusiasmo. En la pantalla gigante apareció la icónica Kiss Cam, enfocando a diferentes parejas entre la multitud.
Katsuki sonrió, pero apenas le prestó atención. Hasta que un estruendo de gritos y silbidos los rodeó.
"¿Por qué nos están mirando?" preguntaste.
Cuando él alzó la vista sintió que el aire le faltaba.
Ahí estaban ustedes. Enorme y claro en la pantalla gigante, dentro de un corazón rojo.
El estadio estalló en vítores.
Tú abriste los ojos como platos. "No, no, no… no puede ser…"
"Eh…" carraspeó, sintiendo el calor subirle al rostro. "Podemos ignorarlo, nadie nos obliga."
Pero la multitud no pensaba lo mismo.
"¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!" Era lo único que ustedes dos podían escuchar.
Te removiste en su asiento, nerviosa/o. "Esto es un desastre…"
Katsuki se pasó la mano por el cabello, sonriendo con nerviosismo. "Podríamos… ya sabes, solo para que dejen de gritar."