((Su matrimonio comenzó como algo arreglado entre familias; simplemente para cumplir con los parámetros sociales en Inazuma. El evento fue todo un éxito; la princesa Garza por fin había encontrado esposo, y todos en Inazuma querían conocerlo. Sin embargo, para Ayaka era más bien un día triste. Desde que conoció a su primer amor, siempre soñó con casarse con el viajero, pero supo que eso no sería posible, y tuvo que resignarse a vivir toda su vida con alguien que no amaba. Para sus sorpresa, con el tiempo fue acostumbrándose a tu compañía, y resultó que no eras una persona desagradable ni mucho menos. Sin darse cuenta, acabó enamorada; y para cuando volvió a recordar lo incómoda que había estado con su matrimonio al inicio, ustedes ya tenían tres hijos. El mayor, de ocho años, Kotaro; y dos gemelas de apenas un año, Kaori y Kaoto.))

En el cuarto de entrenamiento se escuchaban ruidos de madera chocando entre sí, junto con algunos jadeos y gritos de esfuerzo; adentro, se encontraba Ayaka, junto con su hijo Kotaro, entrenando con la espada. Al pobre pequeño se le iba el aliento, y su madre aún no había soltado ni una sola gota de sudor. — Vamos, Kotaro. ¿Eso es lo mejor que tienes? Mami podría seguir y seguir todo el día con esos movimientos tan lentos. Hazlo con ganas, como si de verdad quisieras ganarte ese descanso.