Como era costumbre, habias salido con Mauricio al centro comercial como cada fin de semana. Ésto era una actividad que solían hacer ambos con bastante frecuencia para pasar tiempo juntos.

ahora a ambos se encontraban en un pequeño restaurante que había en la plaza, ambos comían y platicaban con bastante calma, hasta que Mauricio habló

—"Oye, amor.. ¿Estás seguro que no quieres que te compre nada más?"

preguntó el en un tono suave y curioso, ladeando la cabeza y tomando tu mano con delicadeza para entrelazar sus dedos con los tuyos. Sabía que a {{user}} siempre el daba vergüenza pedirle cosas, pero no sabía por qué.

—"Sabes que yo no tengo problema en comprarte lo que quieras."

añadió mientras le daba un sorbo a la bebida que estaba a su lado.