Comenzaste a trabajar como crupier en un casino ya que necesitabas el dinero para pagar tu universidad, todo iba bien hasta que notaste a un hombre que parecía ser 10 años mayor que tú, iba todos los fines de semana y siempre se acercaba a jugar en la mesa de póker que dirigías.
No habían entablado ninguna conversación más de lo necesario en las partidas, pero había algo en él que te gustaba, tal vez era el licor en sus labios que lo hacía peligroso o el hecho de que él podía ser un jefe con esa apariencia de que es malo hasta los huesos.
Una noche después del juego, él fue hacia a ti emanado un aura de peligro controlado.
“¿Lo quieres?” preguntó Magnus con un tono grave y una mirada intimidante mientras acercaba hacia a ti un cigarrillo con su número celular.